Trastornos de la conducta alimentaria.
En nuestra sociedad, se presta mucha atención a la alimentación y a la dieta. También
se sobrevalora una figura estilizada y la delgadez. De ahí que, con este fin, muchos adolescentes, principalmente mujeres, sigan una “dieta” que puede llevar, en no pocos casos, al desarrollo de conductas alimentarias patológicas. Se calcula que
alrededor del 10% de la población femenina de menos de 30 años presenta algún tipo de problema alimentario. Aunque la anorexia y la bulimia sean las alteraciones más importantes, existen otras muchas, más leves, pero no por ello menos importantes, enormemente extendidas.
La mayoría de los trastornos de la conducta alimentaria suponen, además, alteraciones médicas asociadas, como
complicaciones cardiovasculares, gastrointestinales, hepáticas, metabólicas, endocrinas y dermatológicas. El tratamiento de estos trastornos debe ser integral, es decir, médico y psicológico en coordinación. El estudio de problemas psicológicos, familiares, sociales y conductuales es fundamental para establecer las adecuadas pautas psicoterapéuticas individuales o familiares, y para valorar la necesidad, o no, de psicofármacos.
Anorexia nerviosa.
La anorexia nerviosa es un trastorno de alimentación que supone un rechazo a mantener un peso corporal igual o superior al valor mínimo normal considerando la edad y la talla. Supone un miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.
La persona anoréxica tiene
una alteración de la percepción del peso corporal, una exageración de la importancia de la silueta del cuerpo así como una negación del peligro que implica el bajo peso corporal.
La anorexia implica la pérdida de la menstruación, y a menudo se asocia a episodios bulímicos, atracones de comida incontrolados ante los cuales se recurre a la provocación del vómito o al uso excesivo de laxantes y diuréticos.
Bulimia nerviosa.
La bulimia nerviosa se caracteriza por la presencia de atracones recurrentes: una ingesta de alimentos en un corto espacio de tiempo en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias.
La persona bulímica tiene la sensación de la pérdida de control sobre la ingesta de alimentos y le parece que no puede parar de comer o
no puede controlar el tipo de alimentos que come sin límite.
La bulimia puede ser una expresión de estados depresivos o ansiosos.
Trastornos del sueño.
Todavía hoy es difícil formular una definición satisfactoria del sueño y conocer las razones por las que dormimos. Durante el sueño tienen lugar cambios en las funciones corporales y actividades mentales de enorme trascendencia para el equilibrio físico y psíquico del individuo y para su buen funcionamiento durante el día.
Los trastornos del sueño figuran entre los más habituales en la patología humana, afectando a un 25% de la población adulta y llegando a cifras más elevadas en la población infantil. Las mujeres son más sensibles a padecerlos y su aparición aumenta con la edad de las personas. El síntoma primordial es la dificultad para iniciar o mantener el sueño y no tener un sueño reparador de modo continuado.
La alteración del sueño provoca una
fatiga diurna, un
malestar clínicamente significativo así como un
deterioro de las relaciones sociales y laborales. Las consecuencias del insomnio repercuten ampliamente en la vida de las personas que lo padecen y pueden incluso evolucionar hasta producir complicaciones somáticas.