Son muchas las
situaciones de vida que pueden desencadenar algún problema psicológico o emocional y el
estrés facilita que generen ansiedad.
Problemas familiares.
Los problemas dentro del seno de la familia son considerados como uno de los factores más importantes en generar estrés y desequilibrio en la vida de las personas. Las
dificultades de conciliación entre vida familiar y laboral, muy en particular si trabajan los dos miembros de la pareja, acentúan las dificultades familiares y aumentan el estrés de las tareas domésticas, la atención de los hijos, etc.
Separaciones.
Las separaciones de la pareja suponen un
duelo afectivo y un
gran cambio de vida y de las relaciones familiares, sociales e incluso económicas, así como una desilusión o
sentimiento de fracaso que puede llevar a la depresión y la ansiedad generalizada.
Problemas laborales.
Los
problemas laborales son un factor estresante muy importante por dos razones fundamentales: además de
estar en juego el sustento económico de la persona, lo están las
expectativas e ideales del universo laboral, importantísimos en nuestra cultura.
Situaciones de cambio vital.
Psicólogos, médicos e investigadores están de acuerdo en que los
cambios vitales son en sí mismos factores estresantes para las personas, debido a que exigen mayor energía, atención y adaptación, así como desilusiones y miedos de no poder afrontarlos. Los cambios suponen duelos simbólicos de las situaciones anteriores en las que el sujeto se sentía seguro: la
adolescencia conflictiva o la
marcha de los hijos del hogar, por ejemplo, suponen la ruptura de un funcionamiento familiar establecido durante muchos años. Asimismo, los
cambios de trabajo o de estudios o los
cambios culturales obligan a las personas a nuevas adaptaciones, que no suelen ir sin tensiones.