La función de la primera visita, tanto en adultos como en niños y jóvenes, es la de situar y comprender la problemática que motiva la consulta, realizar una orientación diagnóstica y definir la modalidad de tratamiento más adecuado, en caso de que éste sea necesario.
Puede ocurrir que la consulta no este referida a situaciones graves, pero que si pueden ser vividas con ansiedad, impaciencia o desánimo. En estas situaciones recibir una buena orientación puede ayudar a comprender, tranquilizar y a recibir herramientas para gestionar con mayor facilidad el momento de vida particular por el que se está consultando, evitando así complicaciones añadidas.
En atención infantil suele realizarse una primera visita con los padres para enmarcar la tipología del problema que motiva la consulta. Posteriormente se requerirán una serie de visitas con el niño o joven y, finalmente, se realiza una visita de información diagnóstica con los padres y se propone, si es necesario, la orientación terapéutica más adecuada.
En determinados casos, para precisar mejor el diagnóstico -tanto en adultos como en niños y jóvenes-, puede ser necesario la realización de varias entrevistas clínicas, exploraciones psicométricas u otras pruebas médicas.