Una caída del deseo y del sentido de la vida.
Muchos sucesos vitales pueden producir tristeza y desánimo completamente normales.
Si estos sentimientos se prolongan en el tiempo, duran alrededor de un mes, es probable que se haya instalado una depresión clínica.
Muchas depresiones se quedan sin tratar pensando que se trata de reacciones normales ante situaciones vitales complicadas o dolorosas, con el peligro de que el cuerpo pierda la capacidad de reaccionar contra las enfermedades y queden afectados el sueño y el apetito como funciones básicas, con la consecuente degradación de nuestras relaciones de pareja, familiares, sociales y hasta laborales.