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La primera infancia es la fase evolutiva más importante del desarrollo humano. Comprende desde el periodo prenatal hasta los seis años. En esta etapa los niños experimentan un desarrollo rápido en el que el entorno tiene una gran influencia.
Las experiencias en edades tempranas influyen en la salud, el potencial cognitivo, afectivo y social que pueden determinar el resto de la vida.
Cualquier problema en esta etapa tiene más fácil solución. Es el mejor momento para poder detectar a tiempo y tratar los trastorno afectivos o psicoeduacativos; las desorganizaciones del habla o cualquier problema psicológico o relacional que se exprese a través de perturbaciones de las funciones vitales: alimentación, sueño y control de esfínteres.
Para más detalles y signos de alarma en esta etapa: “Reconocer los síntomas”
La etapa escolar refiere al periodo de desarrollo que se inicia con la escolaridad y finaliza en la adolescencia.
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El éxito y plenitud de esta etapa del desarrollo depende en gran medida de las condiciones en las que se haya vivido la primera infancia.
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Esta etapa de la vida infantil se caracteriza por la inserción social más allá del seno familiar. Es el momento de aprender a interactuar con los demás. En estas edades ya son capaces de expresar sus sentimientos de amor, tristeza, celos o envidia.
Las relaciones con los padres cambian, se inician los primeros signos de independencia, en particular a través de los nuevos grupos de amigos que nacen en esta época y que son troncales para el desarrollo evolutivo.
Es también la etapa de la emergencia de la curiosidad, característica vital para el aprendizaje que exigirá nuevas habilidades y destrezas en este periodo.
Cuando alguna de las señales de alarma de nuestro apartado “Reconocer los síntomas” se instale de modo persistentees conveniente consultar.
La adolescencia es la etapa de los cambios por excelencia, pues supone la época evolutiva de pasaje de niño a adulto; de la dependencia con respecto a los padres a la independencia personal en todos los sentidos de la vida: afectiva, relacional, de intereses, etc...
Se caracteriza también por el descubrimiento y la construcción de la propia identidad personal y sexual.
Estos cambios requerirán un gran esfuerzo y no se producirán sin algún tipo de eclosión de crisis.
Solo cuando alguna de las señales de alarma de nuestro apartado “Reconocer los síntomas” se instale de modo persistente es aconsejable consultar.
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