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Situaciones desencadenantes
 
Desde los 6 meses los niños captan las tensiones en su entorno familiar

Son muchas las situaciones de la vida durante la infancia y la adolescencia que pueden desencadenar problemas psicológicos o emocionales que conviene detectar y tratar para evitar conflictos posteriores.

En las problemáticas de carácter psicológico suelen intervenir una pluralidad de causas: constitucionales/genéticas, ambientales, familiares y educativas.

A lo largo de la vida pueden existir una serie de factores desencadenantes de sintomatología emocional. Todos ellos implican una frustración o un sufrimiento que sobrepasa la capacidad de adaptación del niño o adolescente y pueden producir cambios de conducta, del estado de ánimo, relacionales, de aprendizaje, etc.

Situaciones de duelo/pérdida

Los duelos y pérdidas afectivas pueden afectar a los adolescentes y a los niños, (también a los muy pequeños), creando situaciones de vulnerabilidad que pueden producir respuestas de ira, queja, apatía o tristeza. Estas pueden ser normales , si se dan dentro de unos límites, o pueden marcar una vulnerabilidad afectiva que puede expresarse en distintos campos de la vida: afectiva, relacional, de aprendizaje, etc.

Situaciones de conflicto conyugal

Situaciones de conflicto conyugal, más o menos encubiertas, pueden afectar a los niños. Desde los 6 meses captan las tensiones y la agresividad a través del lenguaje no verbal. Una situación de conflicto de pareja sostenido en el tiempo puede provocar distintas sintomatologías en los niños y en los jóvenes. También estados depresivos y de ansiedad.

Situaciones de cambios

Los cambios bruscos (de colegio, de ciudad, etc.) pueden representar, según la sensibilidad del niño, un momento de incertidumbre y estrés. Pueden aparecer cambios anímicos, aislamiento, dificultades de aprendizaje, ansiedad y somatizaciones.

Acoso escolar

El acoso escolar es un proceso de victimización muy complejo. Agresiones, intimidaciones, aislamiento,etc., reiterados en el tiempo pueden ser un factor desencadenante de estrés, estados depresivos o de ansiedad. Un niño triste, con miedos, dolores inexplicables, puede encontrarse en una situación traumática que no sabe vehiculizar o que no se atreve a comunicar a los adultos que lo rodean.

Consumo de drogas

En los adolescentes pueden producirse una serie de cambios conductuales y anímicos; problemas en la escuela, abandono de actividades extraescolares, cambio de amigos, actitud oposicionista, agresividad o apatía que pueden propiciar el inicio de consumo de drogas.
 
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